L’approche d’investissement de Philip Fisher, une véritable référence
Philip Fisher es sin duda uno de los inversores más influyentes del siglo XX. Al fundar Fisher & Co en 1931, no solo estableció su reputación en la gestión de fondos de excelencia, sino que también enriqueció a sus clientes gracias a su excepcional habilidad para identificar oportunidades de crecimiento a largo plazo en empresas prometedoras, como la compañía Texas Instruments, evidencia de su talento para aprovechar oportunidades de crecimiento en empresas prometedoras.
El Concepto de Inversión Ilustrada de Fisher
El lema de Fisher se basa en la adquisición y retención de empresas excepcionales con un alto potencial de crecimiento, una estrategia que parece obvia pero que merece una atención especial para comprender las sutilezas de su filosofía. La selección de acciones a adquirir depende de la capacidad para identificar empresas brillantemente dirigidas, con líderes obstinados en la búsqueda de crecimiento y capaces de materializar esa ambición.
Los Dividendos: ¿Un Falso Amigo del Inversor?
A diferencia de una creencia común, Fisher descartaba la idea de que altos dividendos fueran sinónimo de seguridad. Sostenía que tales empresas a menudo sacrifican la posibilidad de reinvertir en el crecimiento, lo que a la larga podría comprometer la evolución del precio de la acción. Recomendaba priorizar la expansión interna de la empresa.
Los 15 Criterios Selectivos de Fisher
1. Potencial de Crecimiento de las Ventas
Es esencial apuntar a empresas que muestren un crecimiento continuo o potencial de las ventas.
2. Innovación Continua
Los líderes deben abogar por una renovación de productos, garantizando un crecimiento sostenido de los ingresos.
3. Eficacia de la I+D
Asegurarse de que la investigación resulte en productos rentables adaptados a las necesidades de los consumidores.
4. Excelencia en la Organización de Ventas
Una estrategia de marketing efectiva es indispensable para la sostenibilidad de la empresa.
5. Margen de Beneficio Robusto
El crecimiento debe ir acompañado de beneficios, por lo que es importante analizar minuciosamente el margen bruto.
6. Mantenimiento y Mejora de los Márgenes
Una gestión previsora debe reflejar una búsqueda constante de mejora de los beneficios.
7. Relaciones Armoniosas entre Empleador y Empleado
Empleados valorados y leales contribuyen al desarrollo de una empresa dinámica.
8. Relaciones Profesionales Sólidas con los Ejecutivos
Un ambiente de progreso interno y liderazgo sólido es un buen augurio.
9. Equipo Directivo con Habilidades Diversas
Depender demasiado de una persona clave podría debilitar la empresa; es preferible una dirección amplia.
10. Rigor Contable y Control Presupuestario
Un control financiero riguroso es vital para gestionar eficazmente el crecimiento de la empresa.
11. Ventajas Sectoriales
Identificar los activos específicos de la empresa, como patentes o know-how, que la diferencian.
12. Visión a Largo Plazo de la Rentabilidad
Las empresas que priorizan un crecimiento a largo plazo probablemente serán más sostenibles.
13. Necesidad de Financiamiento a Corto Plazo
La liquidez adecuada o una buena capacidad de endeudamiento son cruciales para evitar la dilución de acciones.
14. Transparencia Gerencial
Una comunicación honesta de la dirección con los inversores, independientemente de las circunstancias.
15. Integridad de la Gerencia
La honestidad de la dirección hacia los accionistas es un criterio determinante para el éxito a largo plazo.
La Método del “Chisme”
Comprender una empresa en su totalidad a menudo implica salirse de los caminos trillados. Fisher recomendaba recopilar testimonios diversos, ya sea dentro de la empresa considerada como inversión, o entre sus competidores y otros expertos del sector, para realizar un análisis preciso basado en los 15 criterios mencionados anteriormente. A pesar de lo relevante que pueda ser este análisis, no debe ser visto como un sustituto del asesoramiento profesional en inversiones. Sirve para iluminar las decisiones de las personas dispuestas a comprometerse en una evaluación profunda de las empresas para sus inversiones, siempre conscientes de la volatilidad inherente de los mercados financieros.